jueves, 5 de marzo de 2009

Una improvisación forzada

Cada vez queda menos para la gran noche. En la editorial y la Fundación SM llevamos meses trabajando para que todo salga perfecto. La parte de recepción y archivado de originales (no significa que se guarden en un cajón, sino que se hace una lista de todos los recibidos con el título de la obra, pseudónimo y fecha de recepción) ya finalizó. Son tantas las obras presentadas que su control requiere un trabajo minucioso y cuidado, pues somos conscientes de todas ilusiones depositadas en estos premios.

Pero además de eso -que es lo más importate del concurso- también está la parte más "visible" de los premios: el evento en sí, y su organización. Una vez más la entrega de Premios se realizará en la Real Casa de Correos de Madrid (vamos, en el edificio del reloj de las campanadas). El problema es que este es un lugar muy solicitado y que el tiempo con el que contamos para el montaje de los decorados, las pruebas de sonido e iluminación y el funcionamiento de la conexión a internet (por favor, que no nos falle esa noche!!) es, como siempre, limitado. Solo unas horas antes de que comience todo podremos acceder al recinto para hacer las pruebas.

Lo que sí tenemos claro es el timing (aproximado) de cada parte del evento (si vas a seguirnos esa noche por el blog, toma nota). No podemos contarlo todo al detalle porque hay cosas que no podemos contar -valga la redundancia-, pero los hitos más importantes son los siguientes (hora GMT +1):
  • 19:30: apertura de puertas y recepción de invitados
  • 20:00: presentación de los premios, discurso de autoridades, Leotería
  • 20:30: entrega del premio Jordi Sierra i Fabra
  • 20:35: entrega de la Placa de Plata a los libros que hayan vendido más de 100.000 ejemplares (casi nada!) de las colecciones El Barco de Vapor y Gran Angular
  • 20:45: entrega del Premio Internacional de Ilustración
  • 20:50: entrega del Premio Gran Angular
  • 21:00: entrega del Premio El Barco de Vapor

Tras la entrega de premios, y en lugar de una cena tradicional (los autores suelen ser bastante correctos pero, organizar las mesas a veces es peor que organizar un banquete de boda), tendrá lugar el cóctel. Esta organización, que ya se utilizó en los pasados premios, hace que todo sea mucho más dináminco, y que todos los asistentes puedan hablar entre sí (momento que aprovecharemos para preguntar a los ganadores algunas cosillas sobre su obra).

Y mientras todos ellos están disfrutando de la comida, habrá otra parte de la organización que no se tomará un momento de respiro: aún falta por preparar la nota de prensa que anuncia los ganadores y un compactado con las imágenes del acto para las televisiones, y hacer el envío a todos los medios de comunicación... pero esa ya es historia de otro post.

5 comentarios:

  1. No sé si es mejor que exista o que no exista este blog, porque con tanto detalle, más largos se ponen los dientes y como lo de soñar es gratis, pues una no puede evitarlo. A ver si al menos dicen que se ha llamado ya a los finalistas y podemos disfrutar después de asumir que otra vez será de todo lo que nos contáis!

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  2. ¡¡Qué ganas de estar ahí!! Y llevarme ese muchachito a casa, ¡que gane el mejor! (libro). Saludos, Nené

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  3. Yo envié una novela al prmio Garna Angular, y desde luego, no voy a mentir, me gustaría estar esa noche ahí. Se me ponen los dientes largos de pensar que hay gente a la que leo y a la que podría conocer. En fin, como soñar es gratis, me permito ese lujo. Espero que digáis muy pronto a los finalistas.
    Si podéis y el tiempo os lo permite, voy colgando una novela poco a poco en un blog literario.
    Saludos desde La ventana de los sueños, blog literario.

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  4. ¿Ya han llamado? ¿Ya han llamado?
    ¡Uf que nervios!

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  5. Es verdad que se le ponen a una los dientes largos de pensar que te pueden llamar y participar en el evento. Luego, piensas en la cantidad de gente buena que habrá mandado un manuscrito y que son tantos, y piensas en que soñar con sueños imposibles es gratis, pero a veces, muy doloroso.
    No obstante, aunque sea privilegio de unos pocos, a los demás siempre nos quedará seguir soñando para el año que viene, o los siguientes.

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